En casi todos los cómics hay un momento en el que se debe dibujar el rostro de un personaje que transmita: su tormento interior, su concentración o un dolor intenso pero decoroso...
FIGURA 1 |
1) Ante todo (fig.1) es necesario girar levemente la cabeza de nuestro sujeto hacia abajo (para dar la idea de concentración y ensimismamiento);
2) luego tenemos que buscar (fig.2) las posiciones intermedias de la nariz, de los ojos y de la boca, teniendo en cuenta que el personaje estará mirando hacia abajo y que por lo tanto la perspectiva "aplastaría" las partes de la cara;
3) las orejas (fig.2), debido a la posición de la cabeza, estarán más arriba de lo habitual (se pueden trazar en el espacio entre la prolongación de las cejas y la raya del ojo cerrado);
FIGURA 2 |
4) el porcentaje más alto de la expresividad es dado por las cejas (fig.2) que tienen que tender hacia arriba con una leve (y única) concavidad hacia arriba;
5) los ojos (en nuestro caso) están cerrados, pero relajados y las pestañas son bastante evidentes (con cuidado y sin exagerar, ya que se "afeminaría" el personaje);
6) la boca, con la cavidad (muy leve) hacia abajo, nos permite dar un tono emotivo y el justo equilibrio, ya que contrasta eficazmente la curva de las cejas;
7) las sombras (fig.3) representan el punto de llegada de todo el trabajo: a través de estas podemos exaltar el carácter del dibujo acentuándolo (con tonos oscuros y agresivos) o aflojándolo (con colores más claros y pacatos) ;
FIGURA 3 |
8) algunos detalles eventuales: